jueves, 3 de septiembre de 2015

UNIDAD 3 EDUCAR CON SENTIDO.

Creo que  para llegar a ser útiles a los demás. Por encima de nuestro provecho y por encima de nuestra independencia económica. Por encima de nuestra realización personal está el servicio a los demás. y que mejor educando con sentido a nuestros alumnos. 
Educar con afecto

Como docentes hay que dar afecto es el acto educativo más profundo de todos. En general, los niños son más sensibles al afecto. El trato frío y mecánico sólo ocasiona un desarrollo educativo lento y poco sólido. Hay que expresar nuestro afecto de manera clara
si en alguna ocasión es necesario llamarle la atención, esto no significa que después de haberlo hecho, no le hagamos una caricia o alguna broma acerca de la situación. Es importante reconocer que la convivencia que mantenemos con él a lo largo del día está llena de múltiples satisfacciones.

Siempre hay que Reconocer sus logros y corregir sus  errores de manera constructiva.

es importante que Expresemos nuestra  emoción y gusto al verlo que avanza en su desarrollo personal, si percibe errores debemos hacerle sugerencias para que mejore. De esta manera estaremos estimulando su autoestima. debemos enseñarle que nadie es perfecto, pero que todo logro, así sea pequeño, será valioso.

 Debemos Escuchar y procurar hacernos entender
Los malos entendidos son un fenómeno frecuente entre los seres humanos. Por lo general queremos escuchar aquello que nos conviene entender. En medio de un sin fin de palabras, nos ganan las emociones y las discusiones se vuelven absurdas. Por ello es recomendable no discutir con los niños, cuando quieran algo que no sea razonable para tal o cual momento.
Hay que dar al niño las indicaciones estrictamente necesarias. No le debemos decir  todo lo que tiene que hacer o dejar de hacer.

En ocasiones nos preocupamos demasiado por lo que hacen los niños a solas, o no permitimos que realicen cosas que puedan causarles algún daño físico. Sin embargo, con esto restamos creatividad, independencia y seguridad, por eso, es aconsejable que aceptemos a los niños tal cual son.

Como maestros y guías debemos  tener mucha paciencia
Cuando se educa a un niño con mucho afecto y cariño, es sencillo ser perseverante y paciente. No es conveniente desesperarse y gritarle o reprimirle físicamente, lo mejor es hablarle con tranquilidad y explicarle que se puede aprender de los errores y los fracasos.
Hay que Educar con sencillez
Llegar a hacer cosas valiosas con sencillez es una gran virtud. A veces pensamos que educar es una tarea complicada; sin embargo, si actuamos con sencillez y claridad puede no serlo tanto.
Educar con el ejemplo y que mejor como maestros.
Lo menos que se puede hacer cuando se educa a un niño es formarlo con el ejemplo. Los niños aprenden mucho de las personas que son importantes y significativas para él, en este sentido los adultos son una importante fuente de imitación para los niños. Si percibimos que tales personas dicen algo pero hacen una cosa muy distinta, tenderá a tener principios no muy firmes. Una educación profunda comienza con el ejemplo.

Cumplir con lo que prometemos. Regularmente prometemos a los niños regalos, juguetes o dulces cuando queremos que accedan o modifiquen su comportamiento; más aún cuando están de “berrinchudos” o en una franca necedad. 
Hagamos las cosas con ellos, hay que evitar únicamente dar órdenes. Nunca intentemos sólo mandar y hacer que los demás nos obedezcan; al contrario, no hay mejor ejemplo que los maestros colaboremos o hagamos juntos una tarea. Recuerda que las acciones realizadas  tienen un alto valor formativo para los niños.

Enseñar para la independencia

Es importante no sobreproteger al niño, ya que se vuelve dependiente en muchos aspectos. 

Educar con tolerancia

Cuando los niños hacen algo que disgusta a los adultos, éstos suelen molestarse y actuar de manera impulsiva. Esto se debe a que los adultos, por lo general, no sabemos expresar adecuadamente nuestros sentimientos. Es normal tener molestia o enojo, sobre todo si alguien ha hecho algo que pensamos es incorrecto o que ha violado alguna de las normas establecidas en el hogar o fuera de él; sin embargo, hay que saber expresar tales sentimientos. Primero debemos aprender a ser más tolerantes, la gente puede equivocarse y con más razón los niños. Además, los adultos no tienen por qué tener siempre la verdad o la razón de las cosas. Educar con tolerancia significa adentrarse al mundo de los niños y respetarlo.
Debemos demostrar al pequeño que estamos sentidos o molestos sin que realmente lo estemos del todo, esto es un tiempo no mayor de 5 a 8 minutos; posteriormente hablarle y darle una crítica constructiva. Esta forma de expresión es un medio muy eficaz para hacerle saber que no estamos de acuerdo con su comportamiento en particular, intente que su crítica tenga:
 Una explicación acerca de cómo nos sentimos.
  •  Qué fue lo que provocó que nos sintiéramos molestos o sentidos.
  •  Explicarle al niño que existen otras maneras de proceder que pueden evitar que nos enojemos o nos hagan sentir mal, al igual que a él.

Lo que no hay que hacer

En la educación del pequeño deben evitarse a toda costa:
1. El castigo físico
2. Los premios y los contratos
3. El retiro de privilegios
4. Las discusiones absurdas
5. Los chantajes

Estas cinco medidas jamás consiguen efectos positivos y duraderos. El castigo físico suele generar sentimientos negativos y en ocasiones permanentes en los niños. Los premios y los contratos acostumbran al niño a hacer cosas sólo a cambio de algo. El retiro de privilegios genera revanchismo encubierto. Las discusiones absurdas generan mayor terquedad por parte de ellos; y los chantajes, suelen provocarles inseguridad y confusión.




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